miércoles, 29 de febrero de 2012

Por ahora solo es un texto más...


Quedan cinco minutos para la implosión medular que desacelera hasta la regresión a mi sufrida composición ósea, que yace desenfadada a los pies del mástil al que me ataron de pies y manos aquél verano incandescente de 1880. Cinco minutos en los que mi alma, descosida y recompuesta, reanima el cadáver que dejé en vida, de una forma un poco solemne y oxidada, rompiendo de una vez por todas los esquemas en cuanto a respiración subacuática. Esquelética por mi parte.
Cuatro minutos perfectos, de esos de calma antes de tempestad, de burbujeante soledad en la que ya se filtran gotas de sudoración fundidas en la sal del Mar Negro. No hice nada más que lo que quise hacer. Mi yatagán descansa con fiereza sobre la madera del barco, justo a mi lado, hundiendo su aún afilada hoja en la superficie de la historia.

Quedan tres minutos intranquilos. Un aura de carmín eléctrico bordea mis huesos incluso rozándolos, con ninguna delicadeza. Pronuncio algunas palabras mudas que al unísono se cierran en torno a mi vertebral garganta: "¡Yo-ho, my lady of Wayrest! ¡Yo-ho sweet lady of mine!"
Continúa la cuenta atrás de la sanguinolenta querella entre mi cuerpo y la auténtica razón, de la que quedan ciento veinte segundos en los que termino mi cántico: "I'll see you again, ¡I want see you again!, sweet lady..."
Un minuto, medio, segundos...
"...of Wayrest so fine."
El punto y final es incluso el principio. Silencio, suspiro, dolor.
Mis huesos reverberan en una intensa corteza perlada de sangre. Se agolpa en las cuencas de mis ojos, entre los resquicios de mis costillas, ramificándose en torno a la constitución ósea de la que estoy formado, dando lugar a mis primeras arterias.
Enrevesado de azul y rojo, un martirizante complejo de vísceras y músculo me presionan de tal manera que parece que se desintegrará el tuétano del interior de mi esqueleto.
Empiezo a notarme aerobio. El esternón pulsa de manera violenta los pulmones, que ya se llenan de agua. Lucho contra las cadenas que me encarcelan, pero el óxido de los años me tiende una mano cómplice, quebrando sin dificultad el cadenaje y dejándome flotar a merced de la corriente.
La elevada concentración de sal me lleva hasta la superficie y curte la renaciente piel que ya cubre mi cuerpo, al mismo tiempo que una melena blanca se une con la larga barba haciéndole caricias a unas mejillas hundidas, llenas de la cicatrices que me dejó mi anterior vida.

viernes, 6 de enero de 2012

Hueso y piel aparecen ante ti. Con una sonrisa desdibujada en sus recovecos. Te llaman, te observan y aclaran: "somos lo que nadie quiso."
Muertos en vida, yacen más despiertos que nunca. Sus lápidas absorben tu ánima y te acarician la espalda. Semblantes pálidos, nadie se acuerda de ellos. Son los libros del olvido. Las historias de antaño rememoran batallas perdidas, naufragios de un continuo sueño inalámbrico. 
Deja que tu cuerpo realice un análisis sensorial completo. Añade relatos a tu mente. Regocíjate en ello. No es difícil pasar página, observar las palabras, que te dictan: "¡lee! ¡Sí, o también!"
Alimenta tu cerebro.

Escape

Escapar de todo.
De este mundo cerrado y agudo; punzante en las mentes, haciendo daño.
De esta vida, ya que es tuya.
De esta alma suspicaz, lenta y demacrada. Correr entre almohadones de eléctrica esencia. Neuronas imantadas entre si, formando sábanas de tela. Imaginaria.
Imagino que escapo. Que escapo contigo. Que no se nos tuerce, y que vivimos tranquilos...esperando el futuro inmediato, como si de una premonición se tratara.
Libres ante todo. Ante nada. Nada se interpone a nuestra larga juventud, que casi diría eterna.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Sr. Tiempo, párate.

¿Que pasaría si fuéramos atrás en el tiempo? Los tropiezos que hubiéramos dado, los rectificaríamos. Los primeros besos, los repetiríamos con la misma pasión. El futuro sería historia y el pasado una premonición.
A mi, personalmente, no me gustaría ir atrás en el tiempo...me encantaría PARAR el tiempo. Si viviéramos de nuevo lo vivido, el día del primer beso sería el peor, pues al día siguiente ya no te tendría. Pero si parase el tiempo me quedaría para siempre a tu lado. Inmóvil, sí. Pero a tu lado.

Hipnosis

Enloquece. Déjate llevar.
Demencia pueril para un mundo cada vez más senil.
Narcolepsia mental.
Y vuelve a reír, a reír por nada.
Estamos demasiado callados. ¡Grita!
Grítame telepáticamente: ¡Muérdeme! Y lo haré.
No estamos cuerdos, de acuerdo.
Pero de un loco sale un genio.
Y no sé si este texto tiene sentido para vosotros, pero en un mundo tan asensorial, esto es lo mas normal que leeréis.
Termino con unas palabras. Globo. Bohemio. Cachivache. Sueño.
Ahí queda.

Título épico inspirado en Skyrim


La horda de Orsinium se acercaba por el norte. Ya se veían asomar por el horizonte las puntas de lanza, que presagiaban sangría y buitres esperando abalanzarse sobre la demacrada carroña.
Necrófagos incesantes, vaciadores de entrañas.
Holfskar preparó su hacha, recién afilada y envenenada con odio. Cada cabeza orca cortada sería un buen recuerdo para su rey.
--Por Ysgramor muchachos! Hagamos de esta batalla un paisaje de casquería que embellezca la hierba y que riegue nuestras armaduras. No hemos venido a luchar, ¡hemos venido a ganar! Quiero ver histeria en vuestros dientes, valor en vuestros ojos y un aura de amor hacia vuestra patria.--El discurso empezaba a hacer entrar en calor a los Hijos de Ysgramor, una legión de veteranos sufridores de campos de batalla.--Nuh...vaa...khol!!
--Nuhvaa Khol!!--Gritaron todos a la vez, lo que en draconiano significaba muerte al enemigo.
Avanzaron despacio hacia el norte, escudo en mano, mientras que los orcos corrían colina abajo sedientos hematófagos, babeando ira y demencia, lanzando gritos en orco que desgarraban la integridad mental de los Hijos de Ysgramor más jóvenes. Y de pronto, apareció. En una montura muy poco alentadora, Murg-Gro-Starkabok, el rey orco, se habia apoderado del rey de reyes de los dragones, un dragón con la misma fuerza que Alduin y Paarthunax juntos...¡Dovahnor!
--¡Retirada!--Exclamó un Hijo de Ysgramor con poca experiencia.
--¡NO! Olvidaos de su imagen, haced como que no existe, y ya asestaremos el golpe final sobre su cabeza. ¡Arqueros, ya!
Una ráfaga infinita de flechas hizo yacer a unos diez orcos desprevenidos. Lo que vino a continuación es digno de un cantar eterno. Hachas, espadas, mandobles y martillos. Un sinfín de armas bañadas de rojo. Desmembraciones oportunas y flechas de fuego. Todo en su conjunto un monumento a la batalla.
--¡NU MEN LOK!--su voz atronadora espesó el ambiente en una densa niebla. Dovahnor había modificado el clima a su favor con la Niebla de la Grieta del Silencio.
--Seguid avanzando. La ceguera de la cobardía es mucho mayor que la que infunde esta espesa neblina.
Golpes fluidos y directos cortaban el silencio. Muy de vez en cuando se vislumbraba el reflejo de un miembro sesgado en la hoja de las espadas. Unos últimos gritos de dolor doblaron la intensidad del aire para que se hiciera el silencio.
Starkabok empezó a dialogar con su montura algo que nadie entenderia...
--Krono'hs alikr. Maerga lor ga'aa.
--NUMENOR NIM'RAE DEL AKATOSH!
--Okh lor ga'aa!!
--OKH LOR VAKIIN...
Y se disipó la niebla. Holfskar se hallaba de pie, en medio de una maraña de tripas derramadas anárquicamente. Un desorden bizarro que a estómagos débiles los haría fallecer.
Wuuthrad, la mismísima hacha de Ysgramor pendía de sus manos., Su semblante bastaría para matar a un dragón de sangre, pero Dovahnor no se inmutaría ante una mirada así.
--¡Tú! Heredero de Ysgramor, yacerás ante mi maza.--Exclamó Murg-Gro-Starkabok--Mordiquearé tus bastardas entrañas hasta hacer puré de "gardal". HAHAHAHA
"Gardal" en orco significa cobarde, algo que a Holfskar no le gustó nada; caminante, fue directo hacia el mayor enemigo que había tenido Skyrim.
--No os temo orco. Lo único que me infunde pavor es deshonrar a mi patria, así que no os daré misericordia. El poder de Ysgramor golpeará vuestras almas y os derretiréis en el fuego eterno de Sovngarde. Invoco a Ysgramor en su fiel hacha, Wuuthrad. ¡Por Skyrim!
Lo que vino a continuación ningun cantar conocido lo recuerda, aún así, un texto en runas antiguas dicta lo siguiente:
Naikabar andesalon
mo kenshka n'aiq
"varke abalon
Dovahnor", Dovahkiin
Y nadie presenció su encuentro
mas los pájaros cantaron
"Rodó la cabeza de Dovahnor"
Fue el Sangre de Dragón.
Y así es como termina la querella entre Orsinium y Skyrim, orcos y nórdicos enfrentados por un mismo casual: el honor de la patria.

Si tuviera tiempo, pararía el mundo y te haría mía.

Tiempo, qué palabra. Cuarta dimensión pasando desapercibida a través de ella misma. Paradójico y a su vez muy lógico. ¿No crees?
¿Te falta tiempo? ¿Se te pierde por las esquinas? Un consejo: remiéndate los bolsillos de la mente, elabora tu propio tiempo.
Temporalmente dormidos, ésta era no se mueve.
Estático, templado y al mismo tiempo helado. Te vuelve de piedra, te une a la tierra; tiempo...tan flexible...Infinito.
Muévete a través de el, hazte invisible y búrlalo. Pasado, presente y futuro. ¡Qué más dará!
Te daré el significado del tiempo. Tenaz. Imaginario. Elástico. Mortal. Perdido. Oro.
Necesito tiempo, pero nadie lo vende. Nadie regala su tiempo, ni lo presta siquiera. Es un bien tan preciado que lo tenemos y no. No lo vemos, pero está ahí, acondicionando nuestros actos. Yo propongo que lo hagamos nuestro Dios.
Dios Tiempo...Gritaría tic-tacs en espirales perfectas. Sería incorpóreo, sin alma, sin nada...tan solo tiempo. Sería perfecto y al mismo tiempo imperfecto. Lo perderíamos, lo encontraríamos, y lo volveríamos a perder.
Pero yo ya tengo diosa; y aunque nadie regala su tiempo, le voy a proponer algo: te propongo, diosa, intercambiar el tiempo que me queda de vida por el que le queda a la tuya. ¿Trato hecho?
Y a usted, Sr. Tiempo, le obligo a sublevarse a nosotros; que vayas mas despacio cuando esté con ella, que pases más rápido para más rápido poder verla, vuelve atrás sobre tus pasos y deja que le dé de nuevo el primer beso, párate cuando tenga esos momentos tan dulces con ella. Y hazte inmortal en nuestras vidas, no pares, no sigas.
Gracias tiempo. Por todo, y por nada.